08 Mar Alimentos bajos en sal (2ª parte)

La sal común (cloruro sódico o NaCl) es un ingrediente indispensable en nuestra dieta. Además de hacer la comida más apetecible, el sodio está implicado en procesos fisiológicos vitales tal como la retención de agua en el organismo.  A pesar de ello, son muchos los expertos y los informes de organismos oficiales que alertan sobre el consumo excesivo de sodio, y de su relación con problemas cardiovasculares. Dependiendo del país, el consumo medio de sal en Europa se sitúa entre los 8-14 g diarios, que se corresponde con 3,2-5,6 g de sodio. Por encima de los 5 g de sal, o 2 g de sodio, que recomienda la OMS como ingesta diaria.

La creciente preocupación por la salud por parte de los consumidores, hace que la industria alimentaria se vea obligada a innovar para producir alimentos más saludables. Por tanto, es habitual encontrar alimentos bajos en sal en los lineales de los supermercados. Los reclamos más habituales en el etiquetado de estos alimentos son los siguientes:

• “bajo en sal”.
• “sin sal añadida”.
• “reducido en sal”.

Sin embargo, en cuanto al etiquetado, las declaraciones nutricionales autorizadas con respecto al contenido en sodio (o sal) son las que se indican en el Reglamento (CE) nº 1924/2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de las propiedades saludables de los alimentos.

• “Reducido en sal/sodio”: alimentos cuya reducción en sal/sodio se como mínimo del 25 % con respecto al producto de referencia.
• “Bajo contenido en sal/sodio”: alimentos con menos de 120 mg de sodio (o 300 mg de sal) por cada 100 g.
• “Muy bajo contenido en sal/sodio”: alimentos con menos de 40 mg de sodio (o 100 mg de sal) por cada 100 g.
• “sin sal/sodio”: alimentos con menos de 5 mg de sodio (o 12,5 mg de sal) por cada 100 g.

En la práctica, la declaración más habitual es la de “reducido en sal/sodio”. Especialmente, teniendo en cuenta que la mayoría de alimentos en los que se utiliza la sal son alimentos elaborados.

Es importante contar con un buen asesoramiento técnico para la correcta comercialización de alimentos reducidos en sal/sodio.